¿Cómo se diagnostica la esclerosis múltiple?

 

La esclerosis múltiple no se diagnostica con una sola prueba.

En la primera evaluación, el neurólogo revisa la historia clínica y lleva a cabo una exploración neurológica detallada para chequear los síntomas que el paciente presenta y el estado de su sistema neurológico. Los síntomas y signos que aparecen pueden deberse a múltiples enfermedades diferentes, por ello Es importante descartar estas enfermedades antes de establecer el diagnóstico definitivo de EM.

Por este motivo, es muy probable que el neurólogo solicite algunas pruebas complementarias para descartar otras enfermedades así como para confirmar el diagnóstico de EM.

 

Las pruebas que más comúnmente llevan al diagnóstico son:

– El estudio o evaluación clínica, realizada por parte del neurólogo,

– La resonancia magnética cerebral (es una prueba similar al escáner o TAC pero que utiliza campos magnéticos y permite obtener una imagen del cerebro mucho más detallada),

– La punción lumbar (permite estudiar diversos componentes del líquido cefalorraquídeo), el líquido que envuelve el cerebro y la médula espinal, y…

– Los potenciales evocados (unas pruebas que estudian la transmisión de los diferentes estímulos sensoriales que recoge el sistema nervioso).

 

Tras realizar todos estos pasos, el neurólogo habitualmente podrá descartar el diagnóstico de esclerosis múltiple, o bien llegar a él. En ocasiones, y a pesar de que todo se haya realizado correctamente, puede resultar difícil llegar a un diagnóstico definitivo. El momento del diagnóstico de la esclerosis múltiple es una situación muy delicada y es aceptable que el paciente pida una segunda opinión a otro especialista.